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jueves, 31 de diciembre de 2009

FELIZ AÑO!!!






Amigos blogueros:
Que el 2010 les traiga mucha felicidad, amor y paz. Que sea un año lleno de alegría y que la vida los colme de motivos para festejar y sonreír en este nuevo año que comienza.
Chin chin!

martes, 10 de noviembre de 2009

Nuevamente por estos pagos

Se acuerdan  que al Chavo le agarraba la garrotera y se quedaba paralizado como una estatua?  Bueno, he sabido lo que es experimentarla en carne propia. El estrés de la facultad, “el exilio ” y todo lo que implica, la incertidumbre de mi maternidad, mi gran sobre exigencia, etc. han hecho una especie de cóctel explosivo  y así he estado: paralizada. Me he tomado unas mini vacaciones del blog y si hubiese podido hubiese pedido un “time out”  o un “pido” a mi propia vida.

En fin, luego de haberme acomodado un poco las ideas (un poco, no se crean que tanto…) acá estoy, entusiasmada, con fe y unas renovadas ganas puestas en todo lo bueno que me espera.

Estoy de vuelta y reloaded.

sábado, 19 de septiembre de 2009

Terminó-se


He aquí el último espécimen de la caja de alfajores que me trajeran en su última visita mis progenitores. El muy pobre ha pasado a mejor vida. Con marido lo comimos miti-miti. Le pasé la lengua a la parte de adentro del envoltorio cosa de no perder ni un solo milímetro de chocolate y junté una a una las miguitas que quedaron.
Tendré que hacer el duelo y esperar que pase el período de abstinencia (de aproximadamente 3 meses hasta nuestro viaje a Argentina). Snif, snif.
Por si alguien no conoce los alfajores, explicación, definición o lo que fuere, a continuación: consiste en dos galletas unidas por un centro (generalmente de dulce de leche) bañadas en chocolate.

Advertencia: suministrado en altas dosis puede generar adicción. ¿Puede, dije?

viernes, 11 de septiembre de 2009

A confesión de parte…

Yo soy de esas personas a las cuales una vez sentadas frente a la caja boba, (siempre y cuando el programa me seduzca), no hay quién la saque de su estado hipnótico. El mundo puede estar viniéndose abajo y el mismísimo día final estar tocando a mi puerta, que es muy posible que ni siquiera me entere, inmute o reaccione. Hecha la introducción, paso a contarles:

La escena se desarrolla en mi casa, mirando unas olimpíadas. Hace quichicientos años de esto, tanto que ni siquiera me acuerdo de cuáles olimpíadas estamos hablando ni de que año. Tampoco viene al caso. Resumiendo: imagínense a mí (rubia de ojos celestes, 90-60-90…) No, hablando en serio, imagínense a mí frente a la tele en estado catatónico (faltaba que se me cayera la baba solamente) súper concentrada y embelesada con la programación de las olimpíadas, más específicamente con una carrera de atletismo que estaba por comenzar.

En eso suena el teléfono. Ring, ring, ring.
Ni siquiera atiné a atender pensando en que mi mamá lo haría. Error. Mi madre pegó el grito de “atiendan!!” desde la otra punta de la casa. Me acerqué como un zombi al teléfono, me lo puse en la oreja cuan autómata sin sacar la vista ni mi atención de la televisión y en vez de decir “hola, diga, hable” o lo que la gente normal dice cuando atiende el teléfono, pronuncié casi sin darme cuenta un… “a sus marcas”

A confesión de parte, relevo de prueba. Sí, fui yo.

sábado, 5 de septiembre de 2009

De regreso a la rutina

Sí señores, he vuelto a la rutina, normalidad o como quieran llamarla. Lo peor de lo peor: la transición fue sin escalas ni anestesia. De estar días enteros mirando el techo he pasado de golpe y porrazo a la vida universitaria y he mutado de persona ociosa a rata de biblioteca, en un abrir y cerrar de ojos.

Comenzaron las clases y de la mano vinieron todos los malestares habidos y por haber. Al parecer mi fuerte es el somatizar el stress y hasta creo que podría dar cátedra. Estoy brotada y mi cara se asemeja a la de una púber en su mejor etapa de desbarajuste hormonal. Léase, soy un choclo caminante.
Mi piel está adquiriendo el tinte amarillento de antaño. Ha vuelto el dolor de cabeza crónico (de tanto usar el cerebro atrofiado me imagino). Mi amiga contractura de cuello no me deja ni a sol ni a sombra. También ha vuelto el dolor de estómago y unas ganas incontrolables de comer golosinas o comida chatarra me asalta cada una hora de lectura continua. En una semana, no se como hice pero ya me di el lujo de aumentar un kilito.

No tengo tiempo ni para ir a hacer las compras y la heladera (o nevera) en este momento no tiene más que dos botellas de agua, unas manzanas, kétchup, huevos y algún que otro aderezo inservible.

Poquito a poco la vida vuelve a su curso normal…. Si, ya se que no es la muerte de nadie y que tampoco es catastrófico el volver a la rutina. Sólo necesitaba hacer catarsis. ¡Vacaciones, vuelvan!

domingo, 23 de agosto de 2009

Efemérides

Hace dos años en el aeropuerto, valija (o maleta) y pasaporte en mano, me secaba las lágrimas, abrazaba a mi familia, quienes estoicos contenían sus lágrimas de despedida y daba media vuelta hacia la puerta de embarque, haciendo un esfuerzo sobrehumano por no salir corriendo hacia la salida más cercana, presa de un ataque de pánico. Al volver la vista atrás sentí que se me desgarraba el corazón de pena y sólo pude esbozar una sonrisa de las más tristes que recuerdo. Así fue el comienzo de este gran viaje que hoy nos tiene a miles de kilómetros de lo que fue y será nuestro hogar.

No soy muy proclive a recordar estas fechas y mucho menos a hacer balances. Intentaría hacer un racconto de nuestra experiencia, pero dado mi escaso (por no decir nulo) poder de síntesis me contentaré con enumerar algunas de las cosillas que se me vengan a la mente. Muchas son las cosas que he sumado a mi vida en este último tramo. He aprendido…

que no existe el lugar perfecto
que acompañada de mi amor todo es más fácil
que no era tan catastrófico volver a la facu
que el francés es más difícil de lo que siempre pensé
que mi familia sigue siendo incondicional
que mis amigos de siempre siguen estando
a no usar el teléfono y suplantarlo por la compu
que la gente piensa que por haberme ido soy yo la que debe llamar y hacerles llegar mis noticias (nunca a la inversa)
que no hay como la comida argentina
que extraño cosas que nunca pensé que extrañaría (dulce de leche, kioscos y golosinas, el acento argentino, que caigan visitas a tu casa de improvisto, las calles de la ciudad)
que aquí la moda no existe y no sólo no me importa sino que me encanta
que hay quién no acepta la gente diferente y otros para los que la diferencia hace la diferencia
que el hombre es un animal de costumbre
que cero grado no es frío y que treinta bajo cero lo es
que es posible hacer proyectos
que intentaré no morir en tierra no argentina
a no gritar cuando hablo
que el mirar lo que las mujeres llevan puesto es una muy mala costumbre y manía argentina
a tomar apuntes de la facultad con la compu
que las diferencias culturales son notorias pero no infranqueables
que no existe mejor invento que las tapas de empanadas y tarta (que acá tengo que hacer “a manopla”)
que soy más fuerte y perseverante de lo que siempre creí
que en las cuatro valijas que traíamos entraba todo lo que necesitábamos para recomenzar nuestra vida
que tengo un nombre y apellido cuasi indescifrable para quién no es hispanohablante
que ampliar el horizonte indefectiblemente hace crecer
que todavía me falta tanto, pero tanto por aprender…

martes, 18 de agosto de 2009

¿Quién dijo que la moda no incomoda?

Venía para casa después de una caminata y delante de mí iban dos varones adolescentes. Uno de ellos cargaba a duras penas con una bicicleta y unos pantalones largos tres talles más grandes. Cada exactamente tres pasos (se los conté y no exagero) debía levantarse los pantalones para que no se le bajaran hasta la rodilla y evitar dejar a la vista de todo el mundo sus calzoncillos anaranjados desteñidos y gastados. De tan sólo ver como luchaba contra la gravedad con una sola mano (con la otra llevaba la bicicleta) me agotó. ¡Pensar que con un cinturón lo hubiese solucionado tan fácilmente!

Como si esto fuera poco, la temperatura rozaba los cuarenta grados a la sombra y el mismo chicuelo lucía sus botas estilo borceguíes, en donde presumo, debían estar sancochándose sus piececillos. ¿Por qué no usar unas fresquitas sandalias el día más caluroso, pesado y húmedo de todo el año? Noo, ¡sacrilegio! ¡¿Qué sería de su look?!

Lo mismo pasa con quienes usan los jeans de talle bajo (bajísimo mas que bajo) y terminan luciéndolo a lo plomero (últimamente se ve que se estila bastante) o levantándose el pantalón cada dos milisegundos cuan tic.

Seamos sinceros, ¿quién no ha sufrido aunque más no sea un poco por estar a la moda? Yo lo he hecho. He caminado al mejor estilo equilibrista con zapatos de taco aguja, usado minifaldas con las cuales me he tenido que cuidar hasta de respirar por miedo a que se me viera hasta el alma, y he usado botas medio número más chicas. Esto último fue lo más parecido a la tortura china achica pies a la que me he sometido voluntariamente.

Se ve que estoy un tanto vetusta para esos trotes, porque hace rato que no me someto a ninguno de esos martirios. ¿Será que estoy pasada de moda?

martes, 11 de agosto de 2009

Onda verde


Que al pobre planeta Tierra le hace falta que le demos una mano para su subsistencia, no es novedad. En la medida de mis posibilidades (ínfimas, por cierto) he decidido concienzudamente colaborar y unirme a la onda verde.

Me compré las bolsitas ecológicas para hacer las compras (foto adjunta) y separo la basura en reciclable y no. Cambié las lamparitas por las de bajo consumo (que salen un huevo y medio, pero que, en teoría, valen la pena). Usamos el transporte común o la bicicleta (muy a pesar de mi vecino) cuando las inclemencias climáticas y el itinerario lo permiten. Intentamos comprar productos locales para evitar “subvencionar” la empresa que hace viajar sus productos de una punta a la otra de la Tierra. (Bueno, yo les dije que mi colaboración era ínfima, pero peor es nada…)

No obstante, pareciera que el mismísimo mundo confabulara en mi contra y mí cruzada pos planetaria. ¿Cómo se entiende sino que le metan tremendo packaging a todos los productos? Hasta el queso cortado viene con un sobrecito que envuelve cada una de las fetas. Al parecer las lamparitas de bajo consumo tiene riesgo de ser cancerígenas en caso de muy alta exposición y las bolsitas al re-utilizarlas acumularían gérmenes en cantidades industriales. Con respecto al transporte común, lo que en auto lleva cinco minutos, con el dichoso ómnibus podríamos llegar a destino en tan sólo una horita (con suerte y viento a favor).

Qué le vamos a hacer, esos son los avatares de este mundo poco verde, en el que espero, en algún momento podamos establecer prioridades. Mientras no sea demasiado tarde… Oia, se ve que hoy me levanté derrotista.

jueves, 6 de agosto de 2009

El que guarda siempre tiene

…es una máxima de mucha gente, a la cual, sépanlo, me opongo terminantemente. Soy anti guarda tutti, y ultra anti junta porquerías.

Podría calificarme a mí misma como una ferviente defensora de la otra escuela, la tira tutti. A mí eso de guardar frasquito, tarrito, sobrecito de azúcar, cucharita del avión, servilleta de papel, jaboncito, suvenir del tipo que fuere, me causa alergia. No lo critico, cada uno es dueño de juntar cuanta porquería (o no porquería) se le venga en gana. Simplemente, no comparto. A lo que se que no le voy a dar una vida útil, o bien lo tiro, o bien lo dono, regalo o reciclo. Pero no lo guardo “por las dudas”. ¿La causa?, simple: ese “por si acaso” nunca llegará, lo sé.

Un claro ejemplar del clásico guarda tutti es Marido. Siguiendo esta filosofía, y pese a mi resistencia, hemos apilado en el guardamuebles maderas de todo estilo y color, cajas como para hacer sopa y una lámpara que, definitivamente, he decidido dar de baja, por fea. Como a Marido le quedó claro que sobre mi cadáver esa lámpara volvería a habitar estas cuatro paredes, decidió, para variar, quedársela (porque la verdad, por horrenda, no da para donar) El último de los adminículos que se resistió a tirar es una maleta (digo maleta y no valija por si alguno no comprende el sustantivo “argentinezco” en cuestión) que se nos rompió en el último viaje. ¿Para qué la quiero si no sirve para lo que fue concebida, o sea, guardar cosas y poder transportarlas? Pero noooo, hay que quedársela, por si las moscas.

Con esa excusa uno apila cosas inútiles, viejas e inservibles. Suponiendo que llegase el día en que necesitáramos el objeto que hemos guardado con tanto ahínco; seguro (se los firmo y certifico) que en el momento en que lo buscamos, no lo encontramos (aunque mágicamente aparezca una semana después, sin siquiera proponérnoslo).

Por eso, NO a los recordatorios, amuletos, talismanes o reliquias inservibles. Este es mi lema de hoy en adelante: “lo justo y necesario”. Claro que en vestimenta, accesorios y zapatos (míos, de más está decirlo), el principio no cuenta. Para el guardarropa femenino no hay límites. ¿Cómo era? ¿El que guarda siempre tiene?

lunes, 3 de agosto de 2009

Pasatiempo


Marido me dijo un día mirándome con cara de haber meditado largo y tendido:
- ¿Te diste cuenta de que no tenés ningún hobby?”
-Sí que tengo
-¿Cuál?
-Estemm… hago deporte
-Hacías. Además salir a correr no es un hobby.
-Leo.
-Eso tampoco es un hobby.
-A ver, ¿y qué es un hobby entonces?
-El modelismo, juntar estampillas… (y siguió con la lista que dejé de escuchar ni bien me di cuenta que ninguna de mis actividades encajaban en absoluto en la definición).
-¿Y cuál sería el tuyo?
- Ninguno, yo no tengo, pero a mi no me molesta no tener…
- A mi tampoco me molesta…

Y si, qué quieren que les diga… mentí. Sí me molesta. ¿Cómo puede ser que yo no tenga pasatiempo predilecto? ¿El dormir los domingos hasta las 10 de la mañana no cuenta? ¿Comprar zapatos hasta que no entran en el placard tampoco?

Repasé mentalmente los pasatiempos conocidos. La cocina. No, definitivamente si lo hago es por necesidad y porque a sándwich no se puede vivir. De ahí a llamarlo hobby hay una gran diferencia.
El bricolaje no me va, soy una inútil con las manualidades, pintura y todo lo que merezca destreza y refinamiento. Descartado.
La jardinería podría ser, sino fuera porque no se diferenciar una margarita de una rosa y porque (pequeño detalle) vivo en un depto donde en invierno ni en el balcón se pueden tener plantas (salvo que resistiesen los 20 grados bajo cero, cosa que dudo)
Coleccionar cosas me parece inútil y aburrido. No le veo el sentido, pero gustos son gustos (si algún coleccionista lee esto, no se me ofenda, eh)
Marido tenía razón, no hobbies in my life.

Peeeero, según Wikipedia, “una afición (también llamado hobby, y a veces también pasatiempo) es una actividad cuyo valor reside en el entretenimiento de aquel que lo ejecuta, que algunas veces no busca una finalidad productiva concreta y se realiza en forma habitual” sic.

Pasado en limpio sería algo así: mientras uno se entretenga, por más que no tenga finalidad productiva alguna, la actividad en cuestión merece ser llamada hobby. Como yo me entretengo fácil, a saber: tirada panza arriba sin hacer nada, leyendo, saliendo a correr o agregándole íconos a mi blog (no se rían que ayer estuve el día entero para adicionarle las flechitas que parecen una pavada y las etiquetas que quedaron para el otro lado pero que no pienso borrar) por más que los míos no entren estrictamente en la categoría de tales, tengo hobbies y muchos. He dicho.

viernes, 31 de julio de 2009

Receta (sólo para mujeres)

Sobre como lograr una depilación rápida y efectiva.

Tiempo de realización:
1hora 45 minutos (quien más quien menos)

Grado de dificultad:
Elevado (¿alguien lo duda?)

Utensilios:
Medio tarro de cera (dependiendo de la tarea a cumplir, obviamente), ni muy caliente ni muy fría. Ja!, no me digan que no es fácil obtener el punto justo!! 1 espátula y 1paquetito de cinta (eso si usan la cera que uso yo que jamás de los jamases se endurece)

Ingredientes:
237 epítetos subidos de tono
1456 gotas de transpiración
Innumerables contorsiones (de las que se les ocurran)
235 suspiros
1453 soplidos
Oooouuuutccccchhhh y uuuuuffffffff a gusto.

Preparación:
Póngase cómoda y disponga de tooodo el tiempo del mundo. Si la apuran está frita, así que asegúrese que no habrá ningún ser indeseable queriendo entrar al baño cuando usted está en la mejor parte.
Ármese de coraje y haga lo que usted mejor sabe hacer: ¡¡¡sufra no más!!!!

Resultado:
Cuerpo libre de vellosidades indeseadas e innumerables puntitos rojos que la invadirán por doquier. Unos cuántos hematomas y un que otro moretón que irá cambiando de tonalidad según vayan pasando los días.

¡No me digan que no es lindo ser mujer!

miércoles, 29 de julio de 2009

Vecinocidio

Si hay algo que envidiarle a esta gente del norte es el respeto por el prójimo. No se si es producto de la buena educación o simplemente una cuestión de herencia genética, pero la cosa es que si hay algo de lo que no me puedo quejar es de la civilización primermundista. Como siempre, existe la excepción que confirma la regla y es el caso de mi vecino (ignoro cual de ellos).

Paso a explicarles: resulta que en el edificio existe un subsuelo (al que sólo tenemos acceso con llave) en el que hay una especie de guardamuebles y en el que la mayoría de los inquilinos dejamos nuestras bicicletas estacionadas (casi arrumbadas diré). La cuestión es que fuimos a buscarlas para dar un paseíto (marido incluido) y nos encontramos con que este buen hijo de vecino no había tenido mejor idea que pinchar, una por una, la cámara de todas, toditas, las bicicletas. Cosa que, paradójicamente, me dejó más tranquila (mal de muchos consuelo de tonto)

Por eso, quiero aprovechar este medio para hacer mi descargo y hacer público mi repudio a este acto atroz de vandalismo (?). A ti querido vecino: ¡¡¡que te parió HDP!!!

Sepan disculpar el exabrupto.

domingo, 26 de julio de 2009

¿Peso pluma?


Con ustedes, la culpable de todos mis males (y si… ¡a alguien hay que culpar!)

Como por estos lares no existe la farmacia amiga donde poder pesarse al pasar y como quien no quiere la cosa (la mayoría no tiene balanza, y las que las tienen te cobran un ojo de la cara) nos decidimos y nos la compramos. Tenemos balanza nueva y por ende, al enemigo en casa.

Lo peor de todo es que ya no tengo la más mínima posibilidad de dudar del peso que acusa, acto instintivo post pesada: “seguro que esta cosa esta rota”; “es porque tengo mucha ropa”. De esa forma debo confesar que más de una vez me he auto convencido de que seguía por el buen camino y mirando de reojo la balanza me retiraba victoriosa.

Esta vez, estuve un rato admirándola sin animarme a ponerle un pie encima hasta que junté coraje y finalmente me pesé luego de unos meses de esquivarle al bulto. El veredicto: o bien me cuezo la boca o bien me esmero (bastante) con el ejercicio. De mi peso pluma no quedó ni un ápice.

Después de todo creo que no era tan buena idea la de la balanza en casa. Divina ella… si no fuera porque delata sin compasión.

lunes, 20 de julio de 2009

¡Feliz día!

Si tuviera que hacer una lista de algunos de los momentos amigueros que atesoro en mi corazón, sería algo así:

Los “aportes patronales” para comprar palmeritas en la panadería de la esquina del colegio en el recreo largo.
Los fines de semana y las estadías de vacaciones de invierno en el campo.
Las reuniones antes de las salidas de los viernes, sábados, y el día que fuera donde nos maquillábamos y charloteábamos sin parar.
Los partidos los domingos a la mañana a los que llegábamos casi arrastrándonos y con el rímel corrido del sábado anterior.
Las vacaciones en el mar en las que nos cansábamos de acostarnos tarde y caminar por la playa.
La “remerita del pueblo” que compartíamos un sábado cada una.
La tarde de mates lavados con un millón de bizcochos que hacían de excusa para hablar, todas a los gritos y sin escuchar lo que la otra decía.
Las muchas veces en que encontré donde enjuagar mi llanto en los tantos hombros amigos.
Y las muchas otras en que encontré algún confidente que guardara mis secretos.
Los enojos que a los cinco minutos pasaban.
Las largas charlas telefónicas sin sentido.
Las tardes enteras en el club tiradas panza arriba.

Estas y otras muchas cosas hacen que se me hinche el corazón de felicidad al saberme acompañada y con amigas. Amigas que han hecho mi vida más llevadera y alegre y con las que cuento siempre, incondicionalmente, a pesar de la distancia.

Y a ustedes, mis amigas virtuales, que me acompañan, visitan, entienden, escuchan (o más bien leen) divierten y emocionan. ¡Muchas gracias por hacerme un lugarcito en sus vidas y más gracias por entrar en la mía!

sábado, 18 de julio de 2009

¿Alguien ha visto mi vida social?

La he perdido hace casi dos años (momento en que nos instalamos en estas gélidas tierras). Desde ese entonces, nunca más la vi ni supe nada de ella. Así como así, sencillamente y como por arte de magia, se esfumó.

En el momento de su desaparición tenía unos veinticinco años, aproximadamente. No era muy grande aunque tampoco pequeña. Más bien entretenida y balanceada. Sin extravagancias, pero tampoco falta de condimentos. Así era, una vida social de lo más común. Con cumpleaños, asados, mates, reuniones, salidas, llamadas telefónicas y todos los ingredientes que las vidas sociales tienen.

Si la llegan a ver, ¿me hacen el favor de implorarle que vuelva? Díganle que la extraño, ¿si? Y como de muestra, basta un botón: henme aquí, sábado a la noche, sin más planes que escribir en el blog.

lunes, 13 de julio de 2009

No me gustan las despedidas


Quedamos nuevamente “maridete” y yo. Los padres (míos) partieron hace un par de días rumbo a la patria que me vio nacer. Ese mismo par de días me costó recuperarme del shock traumático posdespedida. No hay caso, no sirvo para los adioses y hasta la vista. Mi madre definiría perfectamente mi estado calamitoso si dijera una de sus frases predilectas: “tirada como una alpargata”. Pero no os preocupéis que ya estoy recuperada, eso sí, sin un solo pañuelito descartable, pero recuperada al fin.

Sumado a la tristeza de la partida, la muy desgraciada Ley de Murphy anduvo haciendo de las suyas. Debíamos llevar a mis padres hasta el aeropuerto que queda a tres horas de casa y nuestro bólido no tuvo mejor idea que romperse la noche antes de salir. Así que, como ingrediente extra, le agregamos un poco de estado culposo al asunto por no poder llevarlos y que tuvieran que irse en ómnibus. Si será jodida esta Murphy!

Para colmo de males en la televisión ayer pasaron el capítulo de ER Emergencias en el que el Dr. Green se moría. Pueden creer?! Si, parece que algo de masoquista tengo porque me lo vi enterito y lloré como una Magdalena al son de “Over the raimbow” (y eso que lo veía por segunda vez). Psiquiatras abstenerse!

domingo, 5 de julio de 2009

Peligro: niños sueltos


Hace 7 eternos días que llueve a cántaros (Londres es un poroto al lado de esta ciudad). Como se nos quemaron los papeles y se nos agotó el circuito turístico para enseñarles a nuestros huéspedes (mis padres) optamos por una idea genial: ir al museo. Brillante idea si las hay! Al parecer media ciudad decidió lo mismo el mismo día y el susodicho se vio abarrotado de infantes frenéticos, acompañados de sus padres que, dicho sea de paso, brillaban por su ausencia.

Yo entiendo que son niños y como tales, inquietos, curiosos, que se cansan rápido y comprendo perfectamente el hecho que les cueste soportar todo un día dentro de un museo. Por eso, mi queja va dirigida hacia los padres complacientes que rozan lo desubicado al dejar que su querubín se instale media hora de reloj jugando con la pantallita explicativa de la exposición, privando a todo espectador de saber que “carancho” es lo que está mirando. Ni hablar de la mamá que cae con el cochecito en un una sala de dos por dos, llena de recovecos y que termina dejando el “aparatejo” (por el coche, digo) en el medio del paso o pisándole los callos a casi todo el museo. Y qué decirles de los padres que pueden escuchar llorar a su hijo hasta que el pobre llega a un estado de cuasi deshidratación sin que se les mueva un pelo.

Pregunto, es necesario llevar a un museo dónde la mayoría de las exposiciones son para leer, a un niño que ni siquiera conoce las letras o a uno que recién balbucea? Es verdad que estamos de vacaciones, que la lluvia no ayuda, que algo tienen que hacer con sus gurrumines, pero a quién se le ocurrió que llevarlos de tour al museo durante horas era una buena idea?!

Será que los padres crean anticuerpos a los llantos, berrinches y manifestaciones caprichosas de sus hijos? O será que el no tener hijos está afectando mi capacidad de tolerancia?

miércoles, 1 de julio de 2009

¡El sur también existe!




A continuación les transcribo la no muy feliz conversación que tuvimos con una compañera de facultad (canadiense ella). Como nunca entendí bien cuál es su nombre, si Andrée Anne, Audrey Anne, Audrianne (para mi suena todo igual) y sólo para simplificar, en adelante ella será ella (y yo, yo).



Ella (luego de escucharme hablar con un paupérrimo francés y un más que pronunciado acento me preguntó): De dónde eres? porque de acá (léase Canadá) no.

Yo: De Argentina.

Ella (con cara de ni idea dónde merde queda eso): Ah…

Yo (con un dejo de resignación): Es en la otra punta del continente, bien al sur.

Ella (feliz como perro con dos colas): Yo estuve en el sur!

Yo: Si?

Ella: Si!, conozco el sur: México.

Yo: (¿?)

Si querido lector advertido, parece ser que para mucha de la gente del norte (no sólo para la compañera en cuestión), el sur se termina en México. Sin comentarios…

viernes, 26 de junio de 2009

Buenos Aires



No soy porteña, pero viví en Buenos Aires los últimos 9 años que pasé en Argentina. Tiempo suficiente para aprender a conocer, querer y hasta extrañar la ciudad.

Estas imágenes me las regaló Consuelo en su blog de su último viaje a la “city porteña”. Muchas gracias!

Me voy a dar un paseíto virtual antes de volver a pisar suelo argentino en unos meses. Si me necesitan ya saben dónde buscarme...

sábado, 20 de junio de 2009

¡Bienvenidas vacaciones!

Son las diez de la mañana, todavía tengo la cara hinchada y los ojos pegoteados de tanto dormir. A estas altas horas de la mañana sigo en pijama, pantuflas y despeinada (como es mi costumbre). Mientras escribo y me tomo unos matecitos mi única preocupación es la siguiente: “Nos estamos quedando sin yerba. Por suerte alcanza para una tanda más. Lo bueno que dentro de unos días llegan los viejos con un contrabando de mi yuyo predilecto”. Qué lindas son las vacas!

El lunes los tengo a mis papás de visita. Después de casi dos años sin verlos, es todo un acontecimiento! Les pedí unas cuantas cosas para que me traigan: zapatos (si por mi fuera me traen la zapatería entera), yerba, alfajores, etc. Les hubiese dicho que me traigan algunas otras pero temo que se les complique: un asadito con amigos, el clima argentino, una tarde de mates y facturas con amigas, el corte de pelo que sólo logra mi peluquero amigo, un lengüetazo de Cartucho, un paseo por Av. Santa Fe, facturas calentitas recién salidas, mi vida social… La lista sigue, pero mejor la dejamos ahí no vaya a ser cosa que me agarre un ataque de extrañitis aguda.

Miremos el vaso medio lleno, estoy de vacaciones, vienen mis papis, unos lindos pares de zapatos nuevos y me espera un buen atracón de alfajores. Iupi!

P. D: puse un contador de visitas, lo vieron? Da pena el pobre con tan bajito número. Estuve tentada de agregarle uno de tres cifras, pero me contuve. Cómo hago para no entrar cada medio milisegundo y aumentar el número de visitas?!

sábado, 13 de junio de 2009

Benditos exámenes


A sólo unos días de los exámenes finales de la universidad y ya casi con un pie en mis más que merecidas vacaciones, me hago la pregunta que me hice una y otra vez llegada esta instancia: y a mi, quién me mandó a estudiar?! Diría que es una pregunta que roza el planteo existencial y que me viene al espíritu cuando el estrés, la ansiedad, el cansancio y la presión se instalan en mi mente y se hacen eco en mi cuerpo.

No podía haber elegido otra cosa para hacer en mi vida? Que se yo, pasear perros, repartir diarios, leer el tarot, niñera, mesera en alguna playa del Caribe. Hasta se me pasó por la cabeza que podía haberme unido a alguna compañía de circo. Pero no, ella, o sea yo (estoy como “el Diego” hablando por interpósita persona) tenía que elegir volver a los libros.

En qué estaba pensando cuando me inscribí en la universidad?! Recuerdo como si fuera ayer la promesa que me hice al terminar mis estudios con la lengua afuera y agotada hasta el hartazgo. “Hasta acá llegó mi amor, otra vez ni loca” “Chau picho”. “Se terminó lo que se daba”.

Y acá estoy, un par de años más tarde, rodeada de libros y apuntes, mate en mano, luciendo mis mejores ojeras. Parafraseando al Chavo: vuelve el perro arrepentido…

lunes, 8 de junio de 2009

Mi cigüeña la huelguista


“Mi cigüeña la huelguista” era uno de los posibles títulos de este blog. No se que bien que fue lo que me llevó a cambiarlo. Creo que me dije a mi misma que sería mejor intentar abstraerme (aunque más no sea un poco), de esta búsqueda por momentos casi obsesiva. Es por eso que elegí intitular este espacio “Mi rinconcito”, como para que me permitiera hablar de todo y de nada a la vez.

Volviendo a la cigüeña, luego de pensar en las tantas razones posibles relacionadas a su tardanza en encontrarnos, varias fueron las hipótesis que poblaron mi mente:

Podría ser que la cigüeña encargada de hacer nuestro reparto fuera simple y sencillamente distraída. Debo reconocer que al principio esta idea me sedujo, podía ser que la pobre estuviese algo errática y desorientada o que tuviésemos que adjudicar el retraso a una simple cuestión de logística. Pero la teoría de la cigüeña despistada fue descartada sin más ya que viviendo en la era de los GPS no hay desoriente que valga, no les parece?

Otra de las teorías que rondaban mi cabeza es que la cigüeña tuviese nuestro domicilio anterior. Con tantas mudanzas que tenemos en nuestro haber, esa podría ser una causa válida. Pero, 3 años para un ínfimo cambio de domicilio, no es un poco mucho?

Como de hipótesis se trata, la conjetura que mas me convence es la siguiente: mi cigüeña está de huelga. Por razones más que obvias, no estamos hablando de una huelga general ya que los repartos se continúan expidiendo, asidua y naturalmente. Sencillamente esto fue lo que creo que ocurrió: tuve la suerte de que mi cigüeña formara parte de las trabajadoras cuyo sindicato decretó la huelga por tiempo indeterminado. Si esto es así, no me queda más que rogar que pronto lleguen a un rápido y definitivo acuerdo con “El Patrón”. Después de todo, es Él quien tiene la última palabra.

martes, 2 de junio de 2009

Esperando

Ayer fui a buscar una copia de mi historia clínica infértil al consultorio de mi médico. Hubiese preferido no haber tenido que quedarme en la sala de espera para no ver desfilar cuanta panza feliz andaba dando vueltas. Cuánta razón hay en el dicho “ojos que no ven corazón que no siente”!

Antes de salir del edificio eché un vistazo a mi carpetita para ver si estaba completa y cuidadosamente, haciendo el esfuerzo de no doblar ninguna hoja, volví a leer “mi prontuario” médico con el afán de encontrar algún dato adicional o alguna lucecita de esperanza. De más está decir que no encontré nada. Nada nuevo, ni mejor ni peor, ninguna novedad. No me queda más que esperar. Esperar que diciembre llegue pronto y con él nuestro primer intento, que la medicina nos tire una soga o que los astros se alineen. Así sigo… esperando.

viernes, 29 de mayo de 2009

Presentación virtual

Por lo general lo que cualquier persona educada hace al encontrarse con su interlocutor por primera vez es presentarse. Así que, como persona educada que me jacto de ser, voy a contarles un poco de mí.

Empecemos por los talentos que no tengo (o debería decir defectos?) No soy buena cantante. De hecho me echaron de un coro cuando era chica (ya les contaré la historia con lujo de detalles). Mis habilidades manuales son casi nulas. Mi mayor logro fue un sweater que recién después de terminado me di cuenta que no era mi talle. De más está decir que tenía unos cuantos agujeritos que me esforzaba por no ver y que ignoraba con el mayor de los descaros. Las matemáticas y la biología me superan. No por nada elegí estudiar derecho. No sólo no retengo cifras ni cálculos sino que todo lo que tenga que ver con los procesos naturales terminan siendo chino y perdiéndose en mi mente. Es como si automáticamente mi cerebro rechazara todo ese tipo de información. Como bióloga o médica seguramente me hubiese muerto de hambre. Interrumpo todo el tiempo cuando una persona me está hablando. Es una manía que tengo y aunque me esfuerce por evitar es más fuerte que yo. Soy muy orgullosa y me cuesta asumir que estuve mal o que me equivoqué. Estoy trabajando en eso, no es fácil anular la cabeza dura que llevo dentro.

Ahora pasemos a mis habilidades: Como persona promedio que soy (y no es falsa modestia), creo que tengo una gran virtud que es la tenacidad. Si bien no soy Einstein y considero que tengo una inteligencia estándar, siempre me las arreglé para tener buenas calificaciones en el colegio y universidad. Pude terminar mi carrera debiendo trabajar al mismo tiempo, lo cual implica constancia… y más constancia. Mi esfuerzo me ha permitido poder emigrar a un país donde el idioma (francés) hace menos de dos años me era totalmente desconocido y con el que hoy, podría decirse, somos casi amigos. También he vuelto a la universidad, lo que para una persona de 30 años no es tarea fácil. Soy una apasionada del deporte (aunque ahora por falta de tiempo no estoy ejerciendo mucho). Formé parte de un equipo de hockey de mi ciudad con mis amigas de toda la vida. Si bien no era jugadora de selección siempre le puse la suficiente garra como para no estar en el banco de suplentes.

Lo mas importante: amo mi familia: mi “maridete”, mamá, papá y hermana. Extraño mi hermano mellizo que desde hace unos cuantos años dejó de estar con nosotros en carne y huesos, pero quien me acompaña todos los días de mi vida (les iré contando un poco mas en otra salida). No concibo la vida sin amigos quienes hacen mi vida más llevadera y aunque a la distancia siempre están conmigo. Me olvidaba de Cartucho, mi perro. Bueno, en realidad mío no es, es de mis papás y se quedó en Argentina, pero el también forma parte de mi vida.

En fin, esta soy yo. O al menos la parte de mí que se puede dar a conocer, porque al fin y al cabo todos tenemos un esqueleto en el ropero, o no?